Àngel rodríguez Vilagran
periodista. Girona
SOMOS DUEÑOS DE LO QUE QUEREMOS VER
Hoy, para los que sois padres, os quiero hacer esta pregunta: ¿Cuál ha sido la última vez que toda la familia, o buena parte de ella, se ha reunido en el comedor para ver la televisión? (Quedan excluidos los días de partidos de futbol). ¿Os ha sorprendido la respuesta?
Fijaos como ha cambiado la forma de ver el consumo de televisión en los últimos años, y ya no hablamos del consumo propiamente televisivo, sino de todo lo que rodea a lo audiovisual. La juventud de hoy ya no quiere imposiciones. Si el capítulo de nuestra serie televisiva no lo podemos ver, por ejemplo el lunes porque hemos quedado con los amigos, lo veremos mañana por Internet a través de la página web de la propia televisión que lo ha emitido, y lo haremos donde queramos y cómodamente: en mi habitación, en mi despacho, en el comedor o incluso en el trabajo y lo haré con mi móvil, tableta, ordenador o el propio aparato televisivo. Recordad que hay plataformas de televisión que permiten ver episodios ya emitidos. El “aparato” televisivo se ha convertido en una simple pantalla no esclavizada por las grandes cadenas y la imposición de sus horarios.
Hoy los jóvenes, cuando acaban de cenar, la mayoría, se encierran en su cuarto o en el despacho de casa, y allí consumen productos audiovisuales. Escuchan y ven su canción preferida a través del Youtube, ven los programas y serie de televisión que quieren, y cuando quieren, miran los videos que les pasan sus amistades por el móvil, películas... La juventud es controladora de su propio consumo y nosotros, los padres, tenemos que ayudarles a discernir. Hoy se imponen los youtubers, personas que abren canales en Youtube y empiezan a explicar y opinar, muchas veces con poca educación y palabras soeces. Algunos de ellos, con el propósito de generar visitas, vomitan estupideces como que la “tierra es plana” o que “el hombre no pisó la luna”. Como dijo aquel, “¡al loro, que no nos embauquen!
Ángel Rodríguez Vilagran
(Artículo publicado en El Mensajero de San Antonio, en enero de 2017)
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