Àngel rodríguez Vilagran
periodista. Girona

NUESTRA PRIVACIDAD
Hace pocos días un compañero me explicó un curioso caso. Resulta que como aficionado al futbol, y en concreto del Barça, quiso informarse de los hoteles de la ciudad de Valencia en el supuesto caso que en el sorteo de entradas tuviera la posibilidad de poder asistir en vivo a la final de la Copa del Rey disputada el 16 de abril. Como recordaran, la jugaron en Mestalla los equipos del FC Barcelona y del Real Madrid. Pues bien, buscó en Google “Hoteles cercanos a Mestalla”. Allí encontró una gran variedad de ofertas. Una vez consultados los resultados, abrió su Facebook y cual fue su sorpresa cuando vio que en los anuncios laterales de la página correspondían a ofertas de hoteles de Valencia. No fue sólo un día o dos, sino casi una semana.
No es casualidad. Cuando buscamos en Google dejamos rastro. Es evidente que directa o indirectamente, hay un acuerdo entre Google y Facebook para que aquello que buscamos luego salga publicitado. No deja de ser curioso que sea precisamente en Facebook donde pasen estas cosas, lo digo porque es la competencia directa de un producto parecido de Google y que no cosecha los resultados deseados, me refiero al Google+.
¿Cómo lo hace Google para rastrearnos? Muy fácil. Coloca en nuestro ordenador “cookies” (las llamadas “galletas”), unos archivos que almacenan datos y los transmiten a aquellos que nos los han introducido.
Podemos limpiar estas cookies después de navegar en Internet. En el navegador Explorer, en la pestaña herramientas, encontraremos la opción “eliminar el historial de exploración”; pero también os recomiendo un interesante programa de limpieza que tiene una opción gratuita que se llama Ccleaner. Lo podéis descargar en su web oficial: http://www.piriform.com
Ya veis que todo no es gratis, siempre se paga un precio. En el caso de los hoteles de Valencia la agencia promotora invadió a aquel pobre compañero toda una semana sin su consentimiento, total para nada, porque en el sorteo de entradas no le tocó ni una.
Àngel Rodríguez Vilagran
(Artículo publicado en El Mensajero de San Antonio, en julio de 2014)
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