Àngel rodríguez Vilagran
periodista. Girona

¿LA GRATUIDAD ES POSITIVA?
Todo cristiano tiene como máxima “hacer el bien sin mirar a quien”, el “dar sin querer recibir nada a cambio”, pero en esta sociedad abocada a las nuevas tecnologías cabe preguntarnos si realmente, en algunos casos, la gratuidad es positiva. Recuerdo que cuando tenía 13 años existía una canción que se hizo famosa por ser la sintonía de la Vuelta Ciclista a España, se trataba de “Born to be alive” interpretada por Patrick Hernández. Me encantaba. De la paga que me daban mis padres ahorré y me la pude comprar en formato single; no llegaba a 150 pesetas. Hoy, cuando a nuestros hijos les gusta una canción ¿qué hacen? Fijaos: van al Youtube, la escuchan tantas veces como quieren y si desean tenerla en el ordenador o en su dispositivo móvil abren el Emule y se la descargan tan panchos y contentos. Sin pagar absolutamente nada. ¿Cómo podemos educar a nuestros hijos en el valor de las cosas? Detrás de cada canción hay un coste, un trabajo, una originalidad …
En abril mi hijo de 10 años tenía que hacer un powerpoint sobre la prehistoria. Le dije que le ayudaría. “Creo que no hace falta –me respondió- en Google he encontrado algunos que están bien”. No me lo podía creer. Si buscáis en Google “"powerpoint de la prehistoria" encontrareis un sin fin de archivos y en especial los de la página http://www.slideshare.net/ ¿Dónde está el valor del esfuerzo? Lógicamente invité a mi hijo a verlos porque nos podían servir de pauta o de ejemplo, pero después él mismo empezó a montar las diapositivas y a encontrar datos a través de la Wikipedia y otros webs de confianza y a poner las imágenes que encontrábamos en Google. ¿Cuántos alumnos simplemente copiaron un powepoint de los que encontraron el Internet y se lo hicieron suyo?
¿Queréis más? Id al web “Rincón del Vago”: http://www.rincondelvago.com/ Encontraréis trabajos de cualquier materia que los propios alumnos cuelgan para que otros los descarguen y se los hagan suyos. ¿Este tipo de gratuidad es buena?
Portada del disco “Born to be alive” de Patrick Hernández.
Ángel Rodríguez Vilagran
(Artículo publicado en El Mensajero de San Antonio, agosto-septiembre 2012)
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