Àngel rodríguez Vilagran
periodista. Girona
EL "despacito" Y EL "gavilÁn o paloma"
No creo que sea necesario en el presente artículo poner los dos rombos, como antes hacía TVE en algunas películas consideradas “no adecuadas”. Este verano, un padre me criticó la canción del verano, el “Despacito”, del cantante Luis Fonsi. Preocupado por sus hijos la encontraba descarada, igual como el video. No nos engañemos, la canción es pícara e invita a la imaginación del oyente. Pero se tiene que reconocer que está bien escrita y que lleva un romanticismo que cualquier amante la utilizaría como carta para enviar a su ser querido. Sinceramente, este verano ha habido canciones mucho más descaradas y videos mucho más comprometedores que el “Despacito”, como el de Katy Perry con su “Bon Appétit”.
Es bueno contextualizar, recordar las canciones de cuando éramos niños, jóvenes, adolescentes… Calculé la edad de aquél buen padre y empecé a buscar canciones que más o menos habría escuchado en la edad de su preadolescencia. Unas cuantas: “El Jardín Prohibido” (Sandro Jacobe, año 1975), “Bella Sin Alma” (Richard Cociante, 1975), “Gavilán o Paloma” (Pablo Abraira, 1977)... En aquella época no existían los videoclips. Si el videoclip de “Despacito” podría resultar preocupante, ¿cómo serían los de estos tres temas? Por cierto, ¿cabe recordar, ya de forma más contemporánea, la letra de algunas canciones de Georgie Dann como “El Africano” (1985) o “El negro no puede” (1987)? Eran las canciones que los padres de hoy escuchaban por la radio.
En una sociedad abocada a las nuevas tecnologías, nuestros hijos nos llevan muchos años de ventaja, porque a través de las pantallas pueden ver todo lo que quieren. Como siempre, hablar con ellos de forma clara y sin querer esconder la realidad es el mejor remedio para la confianza entre ambos.
Ángel Rodríguez Vilagran
(Artículo publicado en El Mensajero de San Antonio octubre 2017 )
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