àngel rodríguez Vilagran
periodista. Girona
DEJAR el mÓVIL EN EL COLGADOR
Una de las primeras cosas que hacemos cuando llegamos a casa después del trabajo es dejar el abrigo o la americana en el colgador. Nos quitamos los zapatos y nos ponemos cómodos. Una parte de nuestro cuerpo parece desconectarse del ajetreo y de la rutina del día, pero hay otra que no. Piensa en tu móvil. ¿Desconectas de él? Si ya estás en casa, si ya estás con los que más amas, si ya has terminado de trabajar … ¿Por qué tienes tu móvil al lado de los cubiertos cuando cenas, al lado de la butaca cuando lees el periódico, tu novela favorita o escuchas tu programa de radio o televisión? ¿Por qué incluso, te duchas con él? ¿Qué espera? ¿Qué necesitas? ¿Tan necesario es saber lo que opina en el Twitter o en el Facebook un amigo tuyo cuando tus hijos o tu esposa/o están a tu lado después de horas sin verte y están esperando que les hables, les escuches sus problemas .. o que juegues con ellos? Pregúntate cuanto hace que no juegas al Cuatro en ralla, al ajedrez o simplemente al Juego de la Oca con tus peques?
Hace una semana quedamos para comer con un antiguo compañero con el que compartí estudios y discotecas. Me hizo ilusión reencontrarme con él para saber de su vida, de su trabajo … me fue imposible. Cada cinco minutos le venía un tic nervioso que consistía en mirar su Iphone y leer lo que escribían los amigos que seguía en Twitter (en más de una ocasión les respondía). Lógicamente no desconectó el teléfono y atendió seis o siete llamadas abstractas y sin importancia. Para mi fue un encuentro nulo. Para él, no. Le gustó, e incluso me dijo: “Dentro de quince días te llamo”. “No amigo”, pensé, ya me inventaré una excusa.
No es necesario nuestro móvil cuando paseamos junto a nuestro ser querido, cuando nuestro peque nos hace un dibujo y desea que le prestemos atención, cuando cenamos … Es bueno dejarlo, en plan metafórico, en el colgador de casa como si fuera un abrigo. Intenta que todos los miembros de la familia lo aparquen en un mismo sitio, que sea accesible, pero sólo en caso de necesidad. Un buen sitio es en una azafata situada en la mesa del comedor. Lo entenderéis mejor si buscáis en Youtube ( http://www.youtube.es ) el video que lleva por título “Desconecta para conectar”.
Ángel Rodríguez Vilagran
(Artículo publicado en El Mensajero de San Antonio, abril 2011)
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